Que el amor Sí existe.

De esto que te asomas a la ventana.
Estás distraída y de repente... Ocurre.

Y es que las noches de verano invitan a pasear. Y si es de la mano, mucho mejor.

Embobada lo observas. La cabeza hace un clic. El corazón te lo confirma. (¡Qué bonito es!).

¿Cómo algo tan simple puede llenarte tanto? ¿Cómo algo tan puro se había escapado de tu percepción?

Sabes que es eso, amor verdadero. 
Amor incondicional. 
Amor eterno.

Sabes que, en lo más profundo de tu ser, eso es lo que quieres. 
Para ti.
Para el resto de tus días.

Que se te pone cara de boba al recordarlo. 
Que se te pone cara de tonta al pensar en lo afortunada que serías.

Que sí. Que pasear en las noches de verano es bonito, pero si es de la mano es cosa de otro mundo.

Que sí. Que el amor sí existe. 

Solo es necesario pararte y observar a esa pareja de ancianos que, con sus achaques, pero con la misma ilusión que el primer día, siguen caminando. 

Uno al lado del otro. 
Juntos.
De la mano.


(Imagen: https://www.google.es/amp/s/www.pinterest.es/amp/pin/100486635414465109/?source=images)

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