Aprender a vivir.

Aprender es adquirir conocimientos. Y vivir no es otra cosa que estar vivo.

Por lo que "aprender a vivir" consiste en adquirir conocimientos para estar vivo.

¿Cómo? Por medio de la experiencia.

Está comprobado que por mucho que te digan tus padres que no hagas una determinada cosa (que no es buena para ti), hasta que la haces y te pegas el batacazo, no aprendes. 

Y es que parece que el ser humano desarrolla un curioso tipo de sordera ante este tipo de advertencias.

Los padres solo quieren que estés bien, estés sano y seas feliz. Y nos intentan aleccionar con consejos y sugerencias basadas en su experiencia de vida, para que no cometamos los mismos errores.

Pero la historia se repite y el hombre es el único animal que tropieza 3 veces con la misma piedra.

Ya pueden decirnos las cosas un millón de veces, que hasta que no las vivimos en primera persona no somos capaces de aprender de ellas (o no nos da la gana).

Nadie nace aprendido y nadie te enseña a vivir. He ahí lo bonito de la vida: tú eres el protagonista, y tú serás quien vaya descubriendo poco a poco las cosas y vayas ilustrándote en el bello arte de vivir.

Vive, toma decisiones, equivócate, rectifica, toma un camino distinto... Pero, sobre todo aprende a vivir.