Un año después.
Hoy, 24 de octubre de 2017, hace un año. Un año desde que me operé. No fue la primera vez y seguramente no sea la última ( toco madera ). Pero ha sido la vez en la que la recuperación ha conllevado más tiempo. Y la vez que ha sido más duro levantarse y volver a empezar. Como ya os conté en una de mis anteriores entradas ( Impossible is Nothing ), me rompí una rodilla. No fue en un momento concreto y exacto, ya que se fue produciendo poco a poco, aunque recuerdo perfectamente el momento en que terminó por romperse. Fue una sensación desagradable, un dolor intenso, la finalización de un proceso que pensé que nunca llegaría. Así que cuando ese momento llegó, no me quedó más remedio que afrontarlo y pasar por quirófano. No tenía miedo. No tengo miedo a los quirófanos, porque lo peor que te puede pasar es morir, y muertos dejamos de sentir. Podría haber complicaciones, de eso me avisaron, pero había que intentarlo y sobrevivir. Lo complicado no ha sido el desgas...